Para entender en detalle la suba del precio del café hay que tener en cuenta dos cuestiones: la primera es que en Argentina rige el SIRA, un sistema para administrar la importación de productos. Allí se registran todas las solicitudes, se aprueban de acuerdo a la evaluación de los distintos organismos y se permiten cancelar las obligaciones con los exportadores a plazo, según la cotización oficial de la divisa.

Por su parte, el café es un producto 100% importado y, como tal, está sujeto indisociablemente al precio internacional y a la variación del tipo de cambio local. En otras palabras, cada vez que el dólar sube, automáticamente se modifica el costo del producto. Hasta el momento, esas subas venían siendo progresivas, hasta agosto, momento en el que la devaluación significó un salto más pronunciado.

La pregunta es: ¿por qué subió el café en este contexto en el que la cotización de la divisa se mantiene? La respuesta está en la comunicación A 7864 emitida por el BCRA el último 12 de octubre, por la que modifica lo establecido en la A 7622 del 13 de octubre del año pasado, específicamente lo referido al punto 8 que habla de excepciones a los plazos de pago para “alimentos para el consumo humano”.

Esto implica que lo que antes se aprobaba y se cancelaba al precio de la cotización de ese día, ahora debe aguardar los plazos establecidos en la norma, lo que eleva de 0 a 90 días de espera para el acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (es decir, el dólar). De allí que repentinamente el café se encareció, ya que la operación debe realizarse con dólar futuro o con fondos propios que se dolarizan a través del MEP.

En definitiva, se trata de una explicación técnica que amerita ser detallada para entender las razones que motivan este aumento inusitado.