La línea rotativa está encabezada por el Tolima, un café nacido y criado en el corazón de la región cafetera colombiana. Cultivado en las laderas del volcán nevado del Huila, a 1900 msnm. de altitud, se beneficia de condiciones únicas: el suelo volcánico rico en cenizas, las temperaturas moderadas (16-24°C) y una precipitación anual que oscila entre 1800 y 3000 mm crean el entorno ideal para la producción de este café de especialidad.

En las pruebas de cata hemos sentido un perfil dulce, con acidez marcada, notas a fruta roja y retrogusto perdurable. Tiene un cuerpo licoroso y redondo. Es un café orientado a las personas que gustan de un espresso intenso o bien de las que utilizan cafeteras de filtro. Este grano, cosechado en marzo de este año, se procesa utilizando el método lavado.

La dupla se completa con un grano proveniente de la finca Piedra Herrada, situada en la región Cantarranas, del departamento Francisco Morazán, en Honduras. También se destaca por su meticulosa producción, en este caso a 1400 msnm, dato relevante ya que utiliza la combinación de variedades Lempira e IHCAFE 90: esta última se trata de un híbrido del Instituto Hondureño del Café generado para su cultivo en alti­tudes más bajas que el resto de la familia de arábicas.

En cuanto a su perfil sensorial, este café también ofrece fragancias dulces pero menor acidez. Tiene cuerpo cremoso y puede ser buen ejemplar para espresso, sobre todo en combinación con leche, y cafés de filtro en métodos de inmersión. Piedra Herrada es el café destacado, además, de la línea estable, que completa su presentación con el Émerald.

El Émerald es un café brasileño que se destaca por su cuerpo intenso, producto de la curva de tueste aplicada. Cultivado a 1200 metros de altitud, algo superior que el promedio de aquel país para cafés de especialidad, es una fusión natural de las variedades Catucai y Catuai con beneficio natural, lo que significa que las cerezas de café se secan al sol y realzan los atributos naturales del grano. Este método de secado ayuda a mantener intactas las características intrínsecas del café, generando una experiencia sensorial notable.

En cuanto a su perfil de sabor, el Émerald presenta notas dulces y frutos secos, como castaña, cacao y chocolate amargo, que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan un café con cuerpo y matices intensos. Ofrece un espresso de gran estructura que combina muy bien en preparaciones con leche.